Pero hubo un caso especial. Una página que ya no existe y que presentaba un tema que no encontré en otros sitios:
Tampoco archive.org ni otras cosas que intenté me aportaron nada útil. Así que tenía que intentar algo nuevo.
Hasta ahora había encontrado los temas con los números iniciales del 01 al 09, más el 11 y el 13. De modo que las probabilidades de que éste se correspondiera con el 10 ó el 12 eran altas. Por otro lado, el banner superior hace referencia a una figura ideal. Con eso me podía hacer una idea de las posibles combinaciones.
Pero saber cuál era la correcta era harina de otro costal. Cada tema tiene sus propias imágenes, cuyos nombres varían de uno a otro, de modo que probar URLs de imágenes aportaba poca seguridad. Sin embargo, sí que había dos datos que podían ser de ayuda.
Por un lado, si se visita la URL base de una plantilla existente, la respuesta suele ser de tipo "OK", visualizando el contenido del directorio, o bien "Prohíbido", mientras que si se accede a una URL inexistente, lo habitual es una respuesta tipo "No encontrado" o una redirección a la página inicial del sitio.
Por otro, aparte de las imágenes, las plantillas tienen otras cosas. En particular, código JavaScript y los nombres de estos ficheros sí suelen ser siempre los mismos. De modo que tomé un sitio que utiliza este software y realicé varias pruebas. A la cuarta, sonó la flauta:
A estas alturas tenemos ya una docena de temas:
Y hay más. Quizá puedas encontrar alguna cosa tú si buscas bien...
No quisiera acabar esta serie sin haber mencionado y dejado claro algo. En esto del Black Hat SEO y las webs de venta de fármacos, ni son todos los que están ni están todos los que son. Hay farmacias online que hacen un negocio no sólo legal y legítimo sino también oportuno y beneficioso para la sociedad. Y hay gente que usa y abusa de las técnicas de Black Hat SEO para promocionar sitios que se dedican a otras actividades.
Existen organismos que certifican la veracidad, legalidad y seguridad de comprar en las tiendas online de medicamentos y otorgan un sello a quienes "aprueban el examen". Las empresas certificadas suelen poner estos sellos en sus webs para dejar clara su solvencia
Pero... siempre hay quien se cuelga medallas sin merecerlas. Y quien se cuelga chapas de refresco al lado de las medallas para hacer bulto. Lo habitual es que al hacer clic en cualquiera de estas menciones se acceda a una página del organismo que las certifica en la que se documente su veracidad. En el caso de la imagen anterior... no ocurre así. Y si se visita las páginas de alguno de los organismos certificadores y se le pregunta directamente...
O sea: que no.
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